"de par en par" es un espacio de trabajo y de encuentro entre los alumnos de los talleres de teatro y claun de silvia aguado.
para compartir, mostrar, abrir la puerta de par en par, a los pares de aventura.

16 julio, 2009

V + M

gordo y negro

- no sabés lo que me pasó (dijo Leonel justo después de cerrar la puerta del departamento. traía en la mano izquierda dos bolsas dobles con tres botellas de cerveza cada una) ¿viste la rubia del noveno? la que te dije que se hizo las tetas y está re buena.

- sí ¿qué pasó?

- no sabé. subió conmigo en el ascensor (dijo excitado dejando las bolsas sobre la mesa) tenía un vestidito blanco bien apretado, cortito hasta acá... y estaba sin corpiño...

- naaa ¿en serio?

- sí, boludo. no sabé. los dos pezoncitos paraditos como dos timbres que me miraban y me decían: vení, tocame. tocame... casi me muero. ah, y la hija de puta taba con una tanguita negra que se le traslucía toda, se la vi por el espejo se la vi. un hilito era. se le perdía en ese culito parado que tiene.

- nooo, me estás jodiendo, boludo.

- no. te juro. casi me muero. re putita. y encima re simpática la mina.

- ¿y qué le dijiste? ¿la invitaste a que venga?

- no. no sé. no hablamos de nada. no sabía qué decir. imaginate ese monumento enfrente... los dos solos.

- por eso, boludo ¿no le dijiste nada? ¿no decís que es simpática?

- sí, pero que sé yo. le dije que estaba con un amigo tomando algo (empezó a guardar las cervezas en la heladera)

- ¿y qué te dijo?

- justo llegamos y tuve que bajar. me dijo que disfrute la noche y que por ahí nos vemos mañana.

- ¿y vos qué le dijiste? (preguntó entusiasmado Martín mientras destapaba la botella que Leonel había dejado en la mesa. luego empezó a llenar los dos vasos usados)

- que gracias. y que bueno, por ahí nos vemos mañana. ah, y que igualmente, le dije.

- ¿eh?

- igualmente. porque me había dicho que disfrute la noche.

- ah, pero sos un boludo importante vos. y antes ¿de qué hablaron?

- boludeces. de que el tiempo está re loco, que ya no se puede saber cómo vestirse. ayer hacía un frío de cagarse y hoy 35 grados... me dijo que le gustaba más el calor porque puede dormir destapada. así me dijo ¿podés creer?

- ¿y qué más te dijo?

- yo le conté que discutí con Miguel porque decía que saco la basura a cualquier hora y le ensucio todo el cuartito. y podés creer que lo defendió al loquito ese.

- ¿y qué más contó?

- no, nada. se reía.

- gordo. no la invitaste a venir, no le preguntaste qué iba a hacer después, no te la llevaste a la casa, no la besaste, no nada... nada de nada (dijo indignado) ¿sabés por qué ese eso?... porque somos unos cagones.

- ¿qué querés que le diga, negro? vos viste lo buena que está. bueno, imaginátela con dos tetas hermosas. qué me va a dar bola a mí

- no ves. ahí está. pensamiento de cagón. así nunca nos vamos a agarrar las buenas minas. siempre terminamos con las gordas de la seis de la mañana (el gordo hizo un gesto de falta de convencimiento) somos cagones, no hay nada que decir... justo pensaba eso recién cuando vos bajaste. mirá, yo le dedico (pensó un instante y prosiguió) doce horas por día al laburo. entre prepararme, el viaje y todo eso. ponele que duerma ocho. y que ¿una hora?... hora y media poné, use para darle una mano a mi vieja, hacer los mandados de mi casa y eso. bueno, me quedan sólo dos horas y media para mí. dos horas y media. solamente el diez por ciento de mi vida dedicada... a mi vida. qué paradoja ¿no?

- y, viéndolo así tamos en la misma.

- ¿y por qué no lo cambiamos? ... por cagones. si está al alcance de nuestras manos… como las minas. te pueden decir que no, pero te pueden decir que sí también. pero somos cagones. cómodos conformistas cagones. nueve horas encerrado en esa oficina de mierda rodeado de papeles y computadoras, haciendo cuentas, llenando más papeles. insulsos papeles sin sentido. todos los putos días de mi vida. insoportable. me quiero ir a la mierda pero me quedo por cagón. miedo a perder la comodidad. porque estamos cómodos. sentados acá, tranquilos, tomando una cervecita, con alguna gorda linda que nos hace el favor. estamos cómodos. bajo techo, después de haber cenado rico y abundante, criticando a los que nos gobiernan...

- pero pará, si son unos hijos de putas esos (interrumpió)

- sí, pero ¿por qué no hacemos algo para cambiarlo, entonces? ni vos ni yo tenemos iniciativa. y es por miedo, loco.

- ¿qué vamos a hacer, negro?

- no hacemos porque tenemos miedo de fracasar. nos paraliza el miedo. el miedo de no saber el resultado.

- pero no podemos hacer nada. qué vamos a hacer si no somos nada en este país. no tenemos relevancia, negro. el poder está en otras manos y nosotros muy alejados de ellas.

- son excusas (dijo el negro casi gritando, con una mezcla de bronca y resignación)

- no me podés decir eso. si somos peones en un tablero de ajedrez, y esas manos nos mueven a su gusto y conveniencia (no era ésta una idea que venía procesando, sino más bien, había imaginado gigantes las poderosas manos, y viendo el tablero de ajedrez sobre el placard se le apareció esta imagen de ellos como peones)

- ¿y por qué no nos revelamos? el miedo nos paraliza, gordo. miedo de demostrarnos tal cual somos… hay que revelarse.

(hubo un silencio. las voces dentro del único ambiente se apagaron. sin embargo, las voces internas en cada uno de ellos no paraban de hablar. Leonel llenó ambos vasos vaciando la botella. se levantó y fue a dejarla a la cocina. Martín exteriorizó sus cavilaciones)

- ¿sabés lo que me acordé? (dijo, reacomodándose en su silla) de cuando era chico. cuando era chico y me despertaba a la noche meándome. estaba todo oscuro. me daba muchísimo miedo. y para ir al baño tenía que bajar la escalera, porque en esa época no teníamos baño arriba. la escalera que también estaba a oscuras... me daba miedo que hubiera alguien y me agarre. se veía todo tan incierto... ¿y sabés lo que hacía? lo despertaba a Joaco. lo levantaba para que me acompañe. y él se levantaba, no sé cómo hacía, porque no sé si abría los ojos, mirá. se levantaba con los ojos pegados e íbamos los dos de la manito. bajaba conmigo, me prendía la luz del baño, me esperaba que meara, me lavaba las manos y volvíamos a subir de la mano... yendo con él estaba todo bien, ya no tenía más miedo (sonrió. y agregó) yo tendría cuatro años, o sea que Joaco siete u ocho. un genio. a veces hasta me tapaba con la cobija (con los ojos brillosos rezongó) y pensar que ya ni se puede contar con él (levantó la vista y estaba el gordo parado con una cerveza en la mano. se miraron tiernamente un momento y el gordo esquivó procediendo a llenar los vasos. luego el negro agregó) ojalá hubiese alguien ahora. alguien que me de la mano y me indique el camino en esta oscuridad. que me quite este miedo de no saber qué viene... que me de certeza, estoy harto de incertidumbre.

(Leonel tomó un trago largo. nunca había visto así a Martín. sintió pena y hasta se identificó un poco con él. atinó a darle un abrazo, pero le dio miedo y prefirió prender un cigarrillo. después de unos instantes preguntó)

- ¿te acordás cuando en San Nicolás casi nos pisa el tren?

- sí. cómo zafamos

- sí ¿te acordás que nos quedamos quietos por un rato sin saber qué hacer y vos agarraste y saliste corriendo para el lado del tren?

- sí, me acuerdo. estábamos altísimos, llegábamos a caernos al río y nos hacíamos mierda

- sí (dijo el gordo riendo) vos te tiraste a la barranca y yo te seguí

- uy, sí. agarrados de los cardos estábamos

- lleno de cardos estaba

- las manos rojas nos quedaron

- jaja. sí. y cuando pasó el tren por el puente nos movía todo. qué cagazo

- ¡el ruido que hacía! ¿te acordás?

- cómo no me voy a acordar. si casi me meo del miedo. la tierra que temblaba toda y ese ruido que te dejaba sordo. cómo me voy a olvidar. aparte, lo cerquita que teníamos semejante mole

- era impresionante. cuándo logramos salir (exclamó) las mano toda sangrando teníamos. qué asustados estábamos ¿eh?

- ni hablábamos ¿te acordás? (juntos rieron melancólicos. el gordo, después de pensar un momento, continuó) boludo, me salvaste la vida. yo me hubiera quedado parado como un boludo en la vía sin saber qué hacer, pero vos arrancaste. como decís vos: me guiaste, loco…

capaz sólo se trate de eso

- ¿de qué, gordo?

- de arrancar. de ir para alguna dirección. como vos fuiste para el lado del tren y te tiraste

- qué sé yo…

- sí, es eso. vos decís que el miedo nos paraliza. bueno, ese día nos pasó lo mismo. Al principio no sabíamos qué hacer, hasta que uno empezó a andar. sin saber. sólo empezaste a andar

- no sé

- ¿vos qué te pensás? ¿que los grandes hombres de la historia no tenían miedo? ¿te pensás que el Che no tuvo miedo caminando embarrado hasta la cintura por los pantanos de la Sierra Maestra, tosiendo y retorciéndose por el asma? ¿que a Fangio antes de cada carrera no le agarraba ganas de cagar del miedo que tenía?... pienso en el miedo que habrá tenido Rodolfo ¿Wolf, era?

- ese es Quique, QuiqueWolff (dijo el negro riéndose)

- bueno ¿cómo era?

- Walsh ¿Rodolfo Walsh querés decir?

- ese ¿te pensás que no estaba cagado cuando salió a repartir esa carta famosa contra los militares? si hasta un arma tenía (Martín, moviendo levemente la cabeza, abrió grande los ojos y levantó las cejas aceptando el razonamiento. el gordo prosiguió embalado) pero lo enfrentaron no se quedaron parados. incluso Jesús. subiendo el monte con la cruz a cuesta y todo golpeado. yendo hacia su muerte. me lo imagino sufriendo por los golpes y totalmente cagado

- sí ¿no?

- sí. era un hombre, che (protestó gordo. luego de un breve silencio el negro comenzó a hablar)

- y quizá sea el miedo una especie… una especie de alarma que nos avisa que estamos vivos ¿no?

- ¿qué?

- claro. sólo hay que estar atento y reaccionar a tiempo

- como vos en el puente. y capaz que, como en el puente, en la dirección elegida hay que soportar dolor, ruido ensordecedor… o capaz que hasta nos podemos caer de la barranca. pero siempre va a ser mejor que quedarse estático

- siempre. seguir para adelante. no paralizarse. seguir el instinto

- no dormirse

(se miraron satisfechos e ilusionados. sus bocas y sus ojos dibujan una sonrisa en cada rostro. esta vez fue el negro el que se escabulló de la mirada, abrió la penúltima cerveza, llenó los vasos y sentándose dijo)

- gracias, gordo

- eh ¿qué te pasa, boludo?

- brindemos. por seguir juntos en este camino (dijo con el vaso en alto)

- por seguir juntos, negro querido

(sonaron los vaso. tomaron un buen trago cada uno, para sellar el brindis. dejaron los vasos ruidosamente casi al unísono. y, como si estuviese sincronizado, alguien golpeó la puerta del departamento. se miraron interrogativos y el gordo preguntó quién es, acercándose a la puerta)

- Vero, Leo (dijeron del otro lado. abrió la puerta y dos mujeres esperaban en el pasillo. una tenía un vestido blanco ajustado al cuerpo, escotado y que termina treinta centímetros sobre su rodilla)

Valentin, Entrenamiento

Maite, 2do año (fotografia)


7 comentarios:

María dijo...

Me dieron ganas de hacer angelitos en el suelo para perderle el miedo al picaportes y salir afuera. Y arrancar. En alguna dirección. Vamos?

Me lo Dijo dijo...

si, vamos...
vamos!
aunque mi psicologa diga que hago demasiadas cosas

Unknown dijo...

Muy bueno.

Ceci dijo...

cuando leia me veia muy reflejada en estos chicos! en no animarme a muchas cosas! muy bueno, muy descriptivo! se me venian todas las imagenes a la mente!

AGUS dijo...

Muy bueno Valen! Se puede ver mucho de cada uno de ellos!

SHERAR dijo...

Toda una leccion de vida.... "estar atento y reaccionar a tiempo" es el karma que muchos tenemos hoy en dia, el quedarse paralizado....

Lo mas importante es como dice este dialogo: Empezar a andar, solo eso...
y manteniendonos en energia positiva, no hay razon para tener miedo...

Muy buen trabajoooo!

Anónimo dijo...

te leo y pasa un tren.
mis manos quieren estar rojas de sangre.

salto!

caro.

origen

“de par en par” surgio a partir de la necesidad de producir encuentros entre los alumnos de los distintos talleres que dicto. esta es una tarea colectiva. y paradójicamente, el actor suele tender a quedarse solo. a creer que es solo. y a que las cosas llegan de afuera. creo que estar en contacto con la gente que esta en el mismo proceso que uno, sirve para activar, incentivar, despertar: ganas, ideas, proyectos, dialogos, reflexiones y tantisimas cosas mas. estar con los otros. juntos. poder abrir la puerta. para seguir jugando. o para encontrarse a pensar.

el primer encuentro de puerta abiertas de “par en par” estaba previsto para el lunes 6 de julio. la fecha elegida resulto estar dentro del alerta sanitaria por la gripe a. y dicho encuentro especial quedo postergado para mas adelante.

entonces, este blog surge. aparece la necesidad de no postergar el compartir. aunque lo que compartamos, en este caso, este teñido de otros temas. actuar. obrar. hacer. “¡entonces, escribamos!”. que es una manera. que el primer encuentro de trabajo, postergado por la realidad, se vuelva tarea y sea ficcion!

y aca estamos. trabajando.

un dis-PAR-ador: el miedo

el artista toma la realidad, la pasa por sigo mismo, se deja atravesar por ella, y con lo que le sucede a partir de ella, crea. el artista produce a partir de lo que lo rodea y desde lo que le sucede a el con ella.
el miedo que hay afuera, en la calle. y el miedo que hay adentro, en uno mismo. a veces coinciden. otras no. el miedo es uno de los temas que giran en torno a estos dias. y todos lo tenemos en comun. o por mucho o por muy poco.
lo que cada uno percibe del mundo a partir de si, y lo que a cada uno le pasa con esa realidad, fue el motor de estos trabajos. el miedo funciono como disparador. para trabajar. para reelaborar. y crear. el miedo como punto de partida. y a veces, de llegada.
podemos coincidir o no con el gusto del otro. con como el otro vive lo que pasa y con como le pasa.
considero que lo importante es poder hablar. poder hacer. no tapar. compartir juntos lo que nos pasa, trabajar con aquello que nos pasa, y poder vivirlo junto a otros, es una manera de estar menos solo.

lo que veran a continuacion, pertenece a un espacio de creacion. es trabajo. es ficcion. es lo que nos convoca: nuestra tarea en comun.

silvia aguado.