
Lo lila del atardecer se me pegotea en las cortinas. Afuera apenas queda sol, apenas y nadie lo usa. La cuadra vacía es infinitamente más larga. Debe hacer frío, porque estamos en julio, y en julio hace frío.
Ya julio y los árboles en el mismo lugar que cuando enero. Esperando en la misma pose pero más despejados, despojados. Una bolsa se posa sobre una rama y salta y sale volando. Aletea y vuela celeste vuela. Es lo que llaman viento, pero yo veo una bolsa blanca que va serena hasta que se traga las alas y queda suspendida en el aire...y todo se queda tan mudo, tan rompible...hasta que zaz! Portazo uno, portazo dos: sale doña Elena.
Doña Elena es la vecina de enfrente. Es una mujer cincuentona de melena sospechosamente rubia. Usa una campera rompevientos gris con fucsia, un joging bordo y zapatillas blancas. Doña Elena podría ser cualquier tía de esas que hornean tartas y amasan porcelana fría, pero no. Ella pega dos portazos, y sale. Ella que con su escoba y su balde verde le alcanza para desencajarlo todo.
Abre la llave de paso, pone a llenar el balde, barre que barre y otra vez zaz: baldazo sin aviso. Baldazo de ahoramismo, de quemeimporta, de furia, de amor y de lluvia. Cierra la canilla, golpea dos veces la escoba contra el cordón pintado de cal, toma el balde, sacude las zapatillas blancas, portazo dos, portazo uno: desaparece.
Desaparece y nos deja así.
Barridos. Llorados. Festejados. Atónitos. Presentes. Vivos. Con la vereda mojada y boca abierta. Esperando que todo vuelva a equilibrarse. Y todo vuelve tomar forma, poco a poco. Pero la vereda ya no es la misma, el ritmo de los árboles no es el mismo y la bolsa ni la veo porque todo cambió de color, porque es de noche.
Ya de noche y doña Elena, que se me adelantó de nuevo, tiene la luz prendida. Pero mañana no se me escapa eh. Instante inagarrable entre el día y la noche.
Maria, Entrenamiento
Jonathan, 2do año (fotografia)
2 comentarios:
Muy claras las imagenes! imagino alguna vecina de mi querido Lincoln, esas que "baldean" todo el día, esas que cuidan su vereda como nadie! y ni te digo en el verano, el baldeado se multiplica! es cierto, luego del agua ya no es lo mismo. No quedan rastros, el agua se los lleva.
Muy lindo
Mery! escucho tu voz cuando lo leo! escrbís como hablas! Es verdad lo que dice Ceci, se ve todo lo que contas! Me gustó mucho!
Publicar un comentario