Con frecuencia se suele encontrar en cualquier baño una vasija del tamaño y forma semejantes a una pileta de cocina, de aproximadamente 1,20 metros de altura sobre el nivel del piso donde se apoyan sus pies; a la misma se la denomina lavatorio. Parándose en frente del mismo, se puede observar a la izquierda una canilla (de la cual en situaciones normales sale agua caliente), a la derecha otra canilla (de la cual, por defecto, debe salir agua fría) y en el centro se observa un grifo con un agujero por el cual sale el agua cuya temperatura dependerá del juego de apertura de canillas que se haya logrado.
La actitud natural consiste en pararse en frente del lavabo con la cabeza erguida, aunque no tanto para lograr fijar la mirada en los antes tres mencionados elementos. Si desea lavarse las manos con agua fría, debe abrir primero la canilla a su derecha. Se de debe tomar la canilla con los 5 dedos, a veces pueden ser 4 si se deja el meñique de lado; se gira en sentido antihorario (es decir, para el lado opuesto de las agujas del reloj convencional). Inicialmente se debe vencer la resistencia inicial que ofrece la canilla pero luego la fuerza para abrir disminuye. Debe seguir girando hasta que el caudal de agua que sale por el grifo del centro sea el adecuado (se debe tener cuidado de no abrir tan abruptamente debido a que el caudal de agua pueda ser excesivo y termine por salpicarlo a usted). Si se desea regular la temperatura del agua, tan sólo debe abrir la otra canilla (en este caso la del lado izquierdo) de la misma manera y en el mismo sentido que abrió la anterior, hasta que la temperatura del agua sea la deseada. Mientras que cada una del las manos hace su trabajo de abrir la canilla, la otra mano generalmente puede estar apoyada sobre el lavatorio o libre a un costado de su cuerpo.
Una vez que se consigue el caudal y la temperatura deseada para el agua, debe poner ambas manos por debajo del grifo central, aproximadamente unos 7 a 10 cm. por debajo de la boca del grifo (Cuídese especialmente de arremangarse las mangas de cualquier vestimenta que pueda llegar a mojarse). De esta manera se humedecen las manos para luego poder enjabonar las mismas. El jabón generalmente se encuentra al costado derecho del grifo derecho. Si es jabón sólido, basta con frotar el jabón entre ambas manos hasta lograr que las manos estén humedecidas de jabón con algunos rastros de espuma. Si es jabón liquido, tan solo apriete el lugar indicado con una mano y moje con el jabón su otra mano que debe estar situado por debajo de donde sale el líquido. Las manos enjabonadas se ponen de bajo del caudal de agua, la mirada fija en ambas manos. Frote ambas manos entre si. Una forma habitual de efectuar el lavado es entrelazando ambas manos, de manera que alternadamente se froten entre si las distintas partes de la mano, palma de una con la palma de otra, contra palma de la primera contra la palma de la segunda y viceversa. Generalmente la espuma con suciedad que se va formando va cayendo al lavabo y termina por irse por la rejilla que se encuentra en el fondo de la pileta. Luego de unos 15 segundos aproximadamente (si es un lavado con tiempo, a veces, puede no contar con tanto tiempo y el lavado suele ser mas corto), cierre las canillas (si abrió ambas) o la canilla (si abrió tan solo una), en el sentido contrario al que las abrió.
Ambas manos húmedas deben ser frotadas con una toalla para lograr así secarlas por completo.
Belen, 1er año
Eleonora, 2do año (dibujo)
1 comentario:
bueníisimo!
(debo acpetar que nunca logré que mis manos queden completamente secas...tal vez sea porque soy muy impaciente y abandono la toalla antes de tiempo, no sé)
manu
Publicar un comentario